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Retrato de un pastor

¡La voy-là, la chansó debe pastre!

En el grado de cada azul, 
figuras oscuras.
 
La llamada de los pastores es gallardía
 
de atajos
 
foraviadas,
 
viniendo por los caudales altivos de la hierba.
 

Don de mil flores y todas las hebras,
 
rebecos pastores de la voz derecha.
 
Incisos en el zoco,
 
con gubias de sal con trazo
 
de suero y de estalle
 
nocturno en círculos de hoguera.
 

Con tanto Sol en decirnos
 
y tanto temple de componernos.
 

Han llevado panes en manos calientes
 
de ubres de amaneceres turgentes,
 
subidos con la levadura de los rostros.
 
Y el redal del canto indemne
 
para subir Grandia.
 

Relámpate el esbart
 
a truenos danza el aprisco,
 
ebria de estiércol de enterca bestia.
 
Fulgor permanecido en los pastos,
 
gozos de luna en las burbujas,
 
pies de punta entre pezuñas.
 

 

            Arnau Orobitg, 2016

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